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Estrategias de aprendizaje y estudio, el reto del estudiante.


Esta imagen de Mafalda me encantó para dar pie a esta publicación, ya que hoy quisiera poner sobre la mesa un tema necesario en la vida académica: la generación de estrategias de aprendizaje y estudio.

Para esto, daremos inicio con un concepto algo trillado, pero no menos importante: el aprendizaje significativo, el cual representa sólo un reto no sólo para el catedrático, sino para el estudiante. Ya que es este último quien debe asumir una responsabilidad por aprender, incluso cuando sus profesores no son los más didácticos, ni los más motivadores. Al final de cuentas, quien desea estudiar (o así debiera ser) es el educando, independientemente de la intencionalidad que haya en su educador.

Este concepto se utiliza principalmente en el ámbito educativo y hace referencia a la relación de la información nueva con la recibida con anterioridad. Es un término acuñado por el estadounidense David Ausubel hace más de 50 años. Y lo curioso es que a pesar de que han pasado ya casi cinco décadas del surgimiento de este concepto, pareciera que en pleno siglo XXI aún queremos que el aprendizaje (significativo o no significativo) esté limitado a la memorización y no a la comprensión, el análisis, o la aplicación de los conocimientos.

Ojo: no quiero decir que no sea necesario memorizar en ciertas áreas de estudio como la Medicina, la Odontología, el Derecho, por mencionar algunas... Esto es entendible en las profesiones mencionadas ya que hay conceptos que requieren no sólo comprensión sino precisión en su aplicación, por lo que la memorización sí tiene cabida. Sin embargo, en nuestros días, aún hay profesores de distintos niveles educativos que consideran la memorización, como la única o la mejor forma de asegurar el conocimiento, pensando erróneamente que una calificación numérica es equivalente al nivel de aprendizaje de los alumnos o, peor aún, que todos los estudiantes asimilan conocimientos exactamente de la misma forma.

Si bien, hay algunos docentes que aún conciben esta forma de aprendizaje como prioritaria, cabe mencionar también, que gracias a las aportaciones de hombres como Howard Gardner, fue posible realizar diferentes aportaciones al ámbito educativo, ya que es él quien sienta las bases para determinar que no sólo existe un tipo de inteligencia, sino al menos ocho tipos diferentes, que abarcan la lógica-matemática, la música, la corporal (kinestésica), naturalista... entre otras.

Las investigaciones siguen su curso y no dudo que en diez años sean oficiales otras tres o cinco inteligencias más. La pregunta es entonces, si las personas somos tan diferentes y nuestra mente es tan amplia, que pueden catalogarse -al menos- ocho diferentes tipos de inteligencia ¿por qué seguimos pretendiendo que las personas aprendan de una sola (la misma) forma?

Si tenemos en consideración esta pregunta, entonces es necesario identificar cómo se puede propiciar  una mejor asimilación de conocimientos, es decir, generar estos aprendizajes significativos, y no me refiero únicamente a que solamente las instituciones los generen (esa es una parte). Lo que vale la pena cuestionar es, un estudiante, ¿cómo puede favorecer la adquisición de dichos aprendizajes para si mismo?

Obviamente aquí no tenemos "la respuesta" a esta interrogante, pero sí sugerimos algunos tips para explorar sencillas  y prácticas estrategias de aprendizaje, para que de acuerdo a tu profesión, habilidades, intereses, etc. elige el más adecuado:




  • Dedica 15 minutos a leer e investigar sobre los temas que has visto en clase.
  • Toma apuntes en clase de forma ordenada, no importa si es de forma electrónica o "a mano" pero escribir ayuda a recordar mejor los conceptos.
  • Si tienes profesores que hablan mucho y, además, muy rápido, graba audios mientras tomas apuntes (preferentemente pide permiso para esto). En casa escucha los audios y complementa tus notas.
  • Identifica cuál es el horario en el que se te facilita más repasar (mañana, tarde o noche). Cada uno tenemos un tiempo especial en el que podemos asimilar mejor los contenidos.
  • Antes de entrar a clase o estudiar, asegúrate de hidratarte y alimentarte. Un estómago vacío o un cuerpo con sed no son de gran ayuda para aprender.
  • Elabora un "acordeón" como repaso. NO lo utilizarás en el examen, sólo es para organizar la información y estructurarla. Para estos apuntes, haz uso de mapas mentales o conceptuales, el uso de dibujos, colores, formas puede ser también una gran ayuda al momento de integrar la información.
  • Realiza pausas (descansos) para estudiar. Cada 30 minutos o máximo 45: levántate, camina un poco, estírate, toma agua, o realiza alguna otra actividad que te ayude a darle un merecido receso a la mente.
  • Utiliza recursos mnemotécnicos cuando requieras memorizar como canciones o abreviaturas.
  • Genera un espacio de estudio agradable, con buena iluminación y ventilación. Debe ser cómodo, pero no al grado de que te dé sueño en lugar de interés en estudiar.
Estos son algunos de nuestros tips, que pueden favorecer tu estudio. ¿Cuáles son los tuyos?

Referencias:
Universia (2017). 7 consejos para estudiar menos y aprender más. Noviembre 29, 2018, 
Sitio web: https://noticias.universia.net.co/educacion/noticia/2015/08/10/1129533/7-consejos-estudiar-menos-aprender.html

Educación 3.0. (2018). Inteligencias múltiples y su relación con las competencias. Noviembre 29, 2018,
Sitio web: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/inteligencias-multiples-relacion-las-competencias/72582.html

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